Cuando el Enemigosu gigante personalquiera hacerle sentir que es una langosta, dígale: Dios está al tanto de lo que me sucede en cada momento del día. Recoge mis lágrimas, ordena mis pasos, cuenta los cabellos de mi cabeza, conoce mi alegría y tristeza. Ninguna de mis dificultades es demasiado pequeña o insignificante para mi Dios. Toma en cuenta cada detalle de mi vida. Estoy confiada porque sé que estoy bajo su cubierta y que constantemente vela por mí. Estoy bajo el abrigo del Altísimo y el Enemigo no puede acercarse a mi morada.
Traído a usted por la serie, Aviva el Poder, producida por Discipulado Internacional de Mujeres.